{aprende} un toque de color, por Eva Ruiz

De entre todas las características de un elemento para ser fotografiado lo más importante, y creo que estaréis de acuerdo conmigo, es el color. Cualquier pequeña traza de color que contraste en una escena monocromática captará la atención inmediata del espectador. 

Antes de tomar nuestra fotografía es muy importante tener en cuenta cuales son los elementos  básicos que le van a dar vida. Hablamos de la forma, volumen y color. En cualquier escena nos encontraremos con estas tres características, miremos hacia donde miremos. Hay ciertas situaciones como en el bodegón donde podemos ser nosotros mismos quienes acentuemos el efecto que queremos resaltar. 

Izquierda: En esta fotografía el color amarillo anaranjado de la cala es totalmente protagonista en la imagen, en una primera mirada nuestro ojo no se ha dado cuenta de que hay un jarrón. Lo ve en cuanto recorremos la imagen después de habernos fijado en la flor.

Foto: La Bicicleta Vermella

De entre todos los elementos, el color es el rey de la fiesta, el protagonista principal que nos causará una reacción emocional inmediata. Pero no a todos nos gustan los mismos colores, hay quien se decanta más por los tonos vivos, otras personas sienten predilección por los tonos pasteles y hay combinaciones que cuando las vemos horrorizan a nuestros ojos porque sencillamente no pegan. Pero también hay colores que atraen la atención mucho más que otros y no es por casualidad que éstos sean los colores primarios. Nuestro ojo se siente muy atraído por ellos, es como un amor a primera vista y en cuanto se encuentra con una fotografía lo primero que ve, sea lo que sea que haya en ella, es ese color y el área de la imagen donde se encuentra.

Derecha: Los tonos fuertes e intensos pueden utilizarse de una forma efectiva. En este ejemplo vemos claramente como contrasta el rojo de las cerezas con los tonos suaves, el marrón del tronco o el verde de la vegetación del fondo.

Foto: Isabel Alcalá

Sabéis que el cerebro humano tiene la habilidad de reconocer a primera vista cualquier ruptura de patrón que aparentemente es uniforme. Nuestras mirada siempre irá a parar a aquel elemento que rompe una serie o desentona sobre el resto.

Izquierda: Las cápsulas de café doradas sufren una repetición constante pero lo que primero ve nuestro ojo es la cápsula roja porque desentona sobre las demás y rompe el orden y la calma del color. Jugando con la yuxtaposición como en este caso el autor ha acentuado el efecto y de una imagen sencilla y repetitiva ha conseguido una realmente atractiva sólo con cambiar uno de los elementos de color y manteniendo la forma.

Foto: Glòria Barranco

En las escenas cotidianas, paisajes, urbanas, etc también podemos jugar con esta característica fijándonos en colores intensos que contrasten con los fondos de la escena. Igual que ocurre con los rojos, los amarillos y verdes brillantes también crean efectos parecidos sobre todo si se presentan con fondos neutros.

Derecha: La puerta amarilla y la maceta son los elementos que más llaman la atención en esta imagen debido a que contrastan con el fondo blanco y neutro del resto de la escena.

Foto: Eva Priego

Izquierda: Un ejemplo claro de como en una escena cotidiana y familiar el color es el principal protagonista de nuestra imagen. Rebeca ha jugado muy bien con el azul del cuatro en raya y sus fichitas amarillas para centrar la atención.

Foto: Rebeca Lagos

En exteriores encontrar un elemento de color es más complicado pero aún así sólo debemos dejar que nuestro ojo actúe por sí mismo y permitir que pasee por la escena. Él mismo descubrirá los colores primarios que más le llaman la atención y que facilitarán la composición de nuestra imagen. Un faro rojo contra un cielo azul puede ser un ejemplo ideal para lo que estamos explicando. Así como una amapola rodeada de un campo de trigo o una mujer paseando con un paraguas rojo. 

Derecha: Una pared en tonos neutros es un excelente escenario para resaltar esa figura de rojo que acapara nuestra atención. Por muy grande y extenso que sea el fondo nuestro ojo siempre verá en el primer instante el color protagonista, el rojo.

Foto: Santi Bañon

Izquierda: Este es un ejemplo perfecto de la importancia del color en un paisaje. Rojo, azul y amarillo tienen el máximo protagonismo acaparando la atención en primer plano y después permitiendo que nuestro ojo pasee por toda la imagen. 

Foto: Teo Barker

El círculo cromático es una herramienta muy útil para ayudarnos a entender cómo interactúan los distintos colores entre sí. En ella aparecen los tres colores primarios (rojo, azul y amarillo) y entre ellos encontramos los secundarios (naranja, verde y violeta) que, seguro que lo recordáis muy bien, se consiguen mezclando los primarios entre ellos. Para conseguir un mejor contraste de colores en una imagen basta con yuxtaponer un color con otro opuesto en el círculo, a esos tonos opuestos se les conoce como complementarios y funcionan del siguiente modo:

Aquí tenemos un ejemplo clarísimo de como contrasta y se yuxtapone un color primario (amarillo) con su complementario (violeta):

Foto: Eva Guein

Para terminar, la armonía de los colores debe tenerse muy en cuenta en nuestras composiciones si queremos mostrar una imagen sutil y armónica de manera que los tonos combinen entre sí. Cuando realizamos un bodegón todo se encuentra bajo nuestro control, somos nosotros mismos quienes elegimos los elementos que incluiremos en nuestras fotografías así como su forma y color. La forma más sencilla de elegir los elementos a la hora de realizar una fotografía de bodegón es guiándonos por su armonía cromática. Podemos elegir un elemento principal como por ejemplo una manzana y para crear la composición la acompañaremos de un plato y algún otro accesorio como un cuchillo, un tarro de cocina. También deberemos ir con cuidado con la base y el fondo que elijamos. Si por ejemplo ponemos un mantel rojo y un fondo o pared azul nuestra composición no funcionará. Para hacerlo más sencillo intentaremos elegir colores que funcionen entre sí. Los tonos marrones funcionan muy bien con fondos de piedra o de madera, por ejemplo. O como el blanco o el negro que combinan muy bien con la mayoría de tonos. Pero si utilizamos un mismo esquema de tonos es garantía de éxito seguro en nuestra composición para ello haremos uso de los colores de la misma gama aún pudiendo incluir un sencillo elemento de un color distinto pero con tono similar la resto de los elementos utilizados en nuestra composición.

 Foto: Isabel Alcalá

Foto: Eva Priego

Foto: Tatiana Spichiger

"Me llamo Eva Ruiz y vivo en Terrassa desde siempre. Me gusta escribir, leer, el arte y todo lo que transmita una sensación y un sentimiento como es la fotografía. Amo la vida de una manera especial y me gusta mostrarlo en mis fotografías intentando que sean naturales, frescas y llenas de vida. Tengo un hijo, el centro de todo, quien me ha enseñado a ver las pequeñas cosas que pasan desapercibidas para el ojo de los adultos y de disfrutar de los momentos que quedan siempre para el recuerdo."

¡Muchísimas gracias a Eva por su fantástica aportación!
Podéis ver más de su trabajo en La bicicleta vermella, en su blog o en su curso de fotografía, Photo&PS.

¿Y tú? ¿Tienes algún truco / tutorial / consejo que te gustaría compartir con nosotros? Aquí encontrarás más información de cómo puedes hacerlo!